El bandoneonista Damasio Esquivel, reconocido como uno de los patriarcas del chamamé, falleció ayer, a los 85 años, a causa de un paro cardíaco, tras permanecer 34 días internado en la clínica porteña Bazterrica. Los restos del folklorista rosarino serán velados en Tres Arroyos 1510, hasta las 16, cuando serán trasladados al Panteón de Sadaic del cementerio de la Chacarita para ser inhumados.
A lo largo de 73 años de carrera, Esquivel compuso obras vitales del chamamé, entre la que se cuentan "Alma guaraní", "Barrio Sajonia", "El gaucho Gramilla", "Mi cantar", "El Aguará Guazú", "Los colonos", "Un corazón" y "Amor y quebracho", que registró en 40 discos de pasta, 31 de vinilo y 1 CD, "El patriarca", (de 1998). La historia profesional del legendario bandoneonista comenzó en 1931, cuando pisó por primera vez un estudio de grabación. Fue con el conjunto de José Asunción Flores. "Tenía apenas 12 años", solía recordar el intérprete y compositor.
La música fue algo inevitable para Damasio. Su padre fue primera guitarra de Asunción Flores y su hermana Haydée tocaba el bandoneón en una orquesta de señoritas. "Nunca pensé en hacer otra cosa que no fuera música", aseguraba Esquivel en una nota.
Esquivel nació en 1919, en Rosario, pero en la década del 30 se mudó con su familia a La Boca. Sus estudios musicales y la necesidad de trabajar lo acercaron a estilos como el tango. Pero en esos años, en La Boca se reunió una camada de artistas del Litoral. Entre ellos, Tránsito Cocomarola y Ernesto Montiel, que se transformaron en sus maestros. En ese barrio también se editaba la revista Iberá, que difundía la cultura de la región mesopotámica.
Contagiado por la intensidad de la música litoraleña, el bandoneonista realizó giras y grabó cerca de doscientos temas, hasta que se consolidó como líder de un conjunto propio que llegó a reunir 18 integrantes. Su labor como intérprete es lo que más sobresale de su carrera. Pero su obra como compositor es significativa. En 2000 el bandoneonista, conocido como "el coloso del chamamé", fue distinguido en reconocimiento a su trayectoria y a su íntima relación con el canto y la cultura del Litoral en el Festival Nacional del Chamamé (en la ciudad entrerriana de Federal), la fiesta más importante que se realiza el país de este género musical. Los últimos meses del artista transcurrieron a la espera de ser llamado para actuar. Una de sus últimas presentaciones fue durante septiembre de 2003, en la Feria de Mataderos.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/04/04/26/ds_595784.asp
LA NACION | 26/04/2004 | Página 05 | Espectáculos
A lo largo de 73 años de carrera, Esquivel compuso obras vitales del chamamé, entre la que se cuentan "Alma guaraní", "Barrio Sajonia", "El gaucho Gramilla", "Mi cantar", "El Aguará Guazú", "Los colonos", "Un corazón" y "Amor y quebracho", que registró en 40 discos de pasta, 31 de vinilo y 1 CD, "El patriarca", (de 1998). La historia profesional del legendario bandoneonista comenzó en 1931, cuando pisó por primera vez un estudio de grabación. Fue con el conjunto de José Asunción Flores. "Tenía apenas 12 años", solía recordar el intérprete y compositor.
La música fue algo inevitable para Damasio. Su padre fue primera guitarra de Asunción Flores y su hermana Haydée tocaba el bandoneón en una orquesta de señoritas. "Nunca pensé en hacer otra cosa que no fuera música", aseguraba Esquivel en una nota.
Esquivel nació en 1919, en Rosario, pero en la década del 30 se mudó con su familia a La Boca. Sus estudios musicales y la necesidad de trabajar lo acercaron a estilos como el tango. Pero en esos años, en La Boca se reunió una camada de artistas del Litoral. Entre ellos, Tránsito Cocomarola y Ernesto Montiel, que se transformaron en sus maestros. En ese barrio también se editaba la revista Iberá, que difundía la cultura de la región mesopotámica.
Contagiado por la intensidad de la música litoraleña, el bandoneonista realizó giras y grabó cerca de doscientos temas, hasta que se consolidó como líder de un conjunto propio que llegó a reunir 18 integrantes. Su labor como intérprete es lo que más sobresale de su carrera. Pero su obra como compositor es significativa. En 2000 el bandoneonista, conocido como "el coloso del chamamé", fue distinguido en reconocimiento a su trayectoria y a su íntima relación con el canto y la cultura del Litoral en el Festival Nacional del Chamamé (en la ciudad entrerriana de Federal), la fiesta más importante que se realiza el país de este género musical. Los últimos meses del artista transcurrieron a la espera de ser llamado para actuar. Una de sus últimas presentaciones fue durante septiembre de 2003, en la Feria de Mataderos.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/04/04/26/ds_595784.asp
LA NACION | 26/04/2004 | Página 05 | Espectáculos
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