viernes, 8 de agosto de 2008

ISACO ABITBOL,el PATRIARCA DEL CHAMAME.



Nació en Alvear, Corrientes, donde el Rió “Aguapey” hace esquina con el Uruguay, el 29 de Noviembre de 1917, bajo el signo de sagitario, el de la Libertad. Se inicio ejecutando la “Bandónica”, instrumento de formato parecido al bandoneón, pero con sonido similar al acordeón. Luego estudia piano y años mas tarde se aboca al instrumento con lo convirtió en paradigma de un peculiar y brillante estilo, por influencia musical de Falú Romero. Se perfecciona, después con el eximio músico Heraclio Hidalgo, padre de la cantante Ginamaria Hidalgo. En el año 1936 se incorpora al conjunto “Los Hijos de Corrientes” de don Emilio Chamorro. En el año 1942, en compañía de don Ernesto Montiel, deciden formar, lo que en principio se llamo “El Cuarteto Típico Correntino Santa Ana”, cuyo padrino y asesor fue Pedro Mendoza, quien sostiene la histórica versión (testimonial y sin fabulas compilatorias) de que el conjunto nace en 1940. En realidad se inicia profesionalmente en 1942 en el “Salon Verdi” del barrio de la Boca, donde por primera vez lo escucha Aníbal Troilo, desvinculándose de Montiel en el año 1951. Forma su propia agrupación que en algunas oportunidades fueron tríos, cuartetos y quintetos. Comparte grabaciones y escenarios con músicos como Transito CocoMarola, Samuel Claus, Hemeterio Fernández, Pedro de Ciervi, Antonio Niz, Lorenzo Valenzuela, Rubén Miño, Julio Luján, Alejandro Barrios, Miguel Repiso, Luís Ferreira, José Cejas, Los hermanos Zamudio, Los hermanos Navarro, Nene Fernández, Pascasio Ubeda, Héctor Chávez, Julio Lorman, Gómez Florentín, Roberto Galarza, entre tantos otros. En su trayectoria musical logro tres discos de oro con títulos como La Taba, La Carrera, La Zurda, Paraje Bandera Bajada, Serenata del Amanecer, La Yapa, El Lamento, Estampa Correntino, Bodas de Plata, compuestas en 1939 y que muchos años después Ernesto Baffa le incorporó algunos arreglos. Con el tema Serenata para mi Madre compartieron la autoría. Iscao Abitbol falleció en Corrientes el 6 de marzo de 1994.Última calandriaSu vida fue un compendio de vasos y besos, cigarros y cigarras, distancia de arenales y por eso sus callos en los codos nacieron de mesas sin manteles, que en las madrugadas sin apuros de retorno él las convertía en púlpito y pálpito, para sus amigos. Y era tan insolente en sus silencios que como un monarca murió si pedir permiso. Ni un día antes ni cinco minutos después. Raro fin el de los bohemios, siempre se van de madrugada, es como si la naturaleza los sancionara por no haberla disfrutado con su sol. Sus ojos se habrán cansado de tanto mirar el espejo manchado de una luna alcahueta y balconera, que le envió como cartero al rocío para que moje su “fuelle” para siempre. Y como ya no pudo mirar hacia arriba reemplazo el cielo por su bendito suelo. El bandoneón de Isaco fue la ultima calandria, el penúltimo toro de aquella hacienda criolla y española, el del bufido jadeante, enojado y lastimado, como pidiendo ayuda, antes de que el capataz “Antinori” por ultima vez lo enlace, lo castre y lo voltee. Él no fue como catalicio que vendió su acordeón, regalando sueños, el seis de marzo enfundó su fuelle y se hundió en la noche dejando “la yapa” sin decir adiós.Por Carlos A. Sotelo - Diario Norte

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